viernes, 21 de mayo de 2010

El lobo rojo.

La caperucita perpleja observaba al lobo que, complacido yacía sobre el colchón de la abuelita y tocándole con un dedo la frente le dice:

"¡Lobo, que dientes tan grandes tienes!"

El lobo recuerda de inmediato episodios tristes de su infancia, algunas burlas colegiales y un gran dilema ortodoxo y le responde:

"Son para recordar los mitos que se generan tras las pérdidas, para alentar a la multitud que se llena de fobias y repiten despacio su certeza sobre el dominio de las bestias"

Caperucita muy confundida prefiere creer que los dientes brillan para que ella contemple su reflejo y así sea más feliz.

lunes, 10 de mayo de 2010

La lectora que hizo sonreir al escritor más novato del mundo.


Hace algunas semanas, sin siquiera reparar en ello, comencé yo, súper airada e impúdicamente a publicar algunas notas sobre puntos específicos acerca de las relaciones sentimentales de todo tipo. Sentado frente al monitor, y el teclado, mis únicas armas, solo pudiendo teclear, corregir, copiar y pegar. Arriesgándome como al principio de todo esto me dije, a caerle mal a la gente, con el simple afán de expresar mis más tortuosos e inverosímiles pensamientos sobre la vida y el amor.

Pues la verdad luego de cuatro de esas publicaciones ya pueden, creo yo, pensar y decir sobre mi a escondidas lo que sea. Hay quienes me quieren, quienes se ríen de mí, hay a quienes les caigo mal, a quienes incomodo (ofresco mis sinceras disculpas a quienes incomódo), a quienes no soy lo suficientemente importante como para ser odiado -mucho menos leído-. Pero para mi sorpresa hay a quienes les gustó, a quienes les agrado la idea de que un día cualquiera me haya sentado, puesto mis manos en el teclado y comenzado a jugar a ser García Márquez.

La optimista, gentil y alegre A, que me dijo "genio literario en potencia". Creo que exagero un poquito, pero confieso que me hizo sonreír como no tienen idea. De vez en cuando a uno le caen increíblemente bien unos pares de buenas opiniones, sobre todo tan sinceros y creíbles como esa. Más aún cuando uno no creé que sus destartalados y pueriles escritos lleguen a trascender al gusto de nadie.

A, ¿te sentiste identificada con alguna de las situaciones que plantee? Creo que si uno se ve reflejado en un par de párrafos, siente como eso dentro de uno se libera o se diluye de a pocos conforme avanzas en el escrito, ya que lo compartes con alguien mas.

Gracias por decirme tan sincera y directamente 'no dejes de escribir'. Intentaré no dejar de hacerlo.

¿Y tú?, lector extraño. ¿También compartes conmigo la opinión de que las experiencias vividas han de ser compartidas con los demás para de una forma u otra identificarlos, hacerles saber así que uno no esta solo y demostrar de esa manera que todo no es lo que parece con respecto a la vida y al amor?