jueves, 17 de febrero de 2011

Tener novia es...

Cuando uno está con novia, la vida recupera algo de su decencia perdida. Los fines de semana, por ejemplo, ya no los inviertes en agarrarte a botellazos con tus amigos solteros en un bar de mala muerte, ni en acudir en mancha a una de esas discotecas en las que ves la noche pasar acodado en una barra. Cuando uno está con novia, los viernes y sábados son perfectos para una maratón de películas. Llegas a su casa, preparan juntos la canchita y se despanzurran descalzos en el sofá de la sala. O también pueden pedir una pizza por delivery y atravesar la madrugada al ritmo de sempiternos campeonatos de ‘Scrabble’ (o de cualquier juego de mesa en el que ella siempre te sacará la mugre). Engordas increíblemente cuando estás con novia (no es mi caso), pero no lo lamentas, porque ella empezará a llamarte ‘gordito y hay algo poderosamente encantador en ese trivial diminutivo.

Cuando estás con novia, exploras otras maneras de cuidar tu cuerpo: te aplicas un poco de crema exfoliante y también de la humectante y, por qué no, hasta de la hidratante. Cuando estás con novia puedes organizar salidas en parejas, inacabables noches de ‘Charada’ y ‘Twister’ con amigos, y hasta es más divertido programar el típico viajecito a Cieneguilla o Lunahuaná.

Una novia te ayuda a vestirte mejor. Una novia te enseña a cocinar (si es que no lo sabes ya). Una novia te insiste para que ordenes tu cuarto, limpies tu casa, organices tu agenda, te afeites dos veces por semana. Con una novia puedes ir al cine a ver comedias románticas sin sentir culpa. Una novia hace que tu mamá deje de sospechar inmediatamente que eres gay, y si eres gay, una novia te permite dudarlo. Cuando estás con novia, dejas de mirar a todas las mujeres en la calle como un animal excitado y muerto de hambre, y solo observas a las más guapas con el rabillo del ojo. Cuando estás con novia, siempre tienes con quien bailar y eres la envidia de los solteros que se pasan la fiesta estáticos, maldiciéndote desde sus mesas.

Tener novia es tener alguien con quien comer helados y tomar capuchinos después de clases. Es, desde luego, tener alguien con quien conversar sobre esas millones de cosas bonitas de las que tus amigos suelen burlarse. Con una novia puedes despertarte y sentir, ingenuamente, que nunca más estarás solo. Con una novia puedes perder la cabeza, recostarte en la cama con los audifonos puestos escuchandote todos los tracks de "Viva la Vida or Death and all his Friends" hasta quedarte dormido pensando en la próxima vez que estarán juntos. Con una novia puedes pelearte sabiendo que en la reconciliación está el gusto. Por eso y por todo lo no mensionado, todas las personas en el mundo son inmensamente felices de tener a alguien a su lado.

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